¿Quieres tener un negocio? Aquí hay una comprobación de la realidad primero
Empezar y tener tu propio negocio es el sueño americano. Pero los sueños están… bueno… a menudo lejos de la realidad. Cuando empiezas tu propio negocio, la realidad es que puedes acabar comiendo un montón de mantequilla de cacahuete y macarrones con queso durante años y años. Así que, si estás acostumbrado a coger tu sueldo fijo y a cenar fuera, te espera un duro despertar.
Empezar un negocio es duro, posiblemente más duro que cualquier otra cosa que hayas hecho en tu vida. Así que, de entrada, deshazte de cualquier idea de que será fácil o de que te harás rico rápidamente. Puede que haya momentos en los que sólo seas feliz si tus necesidades básicas están cubiertas: Comida, agua, cobijo… comprobado.
Imagínate con cero dinero. Quiero decir cero. Porque hay una alta probabilidad de que esto te ocurra. ¿Cómo sería eso? ¿Cómo sobrevivirías? ¿Qué comerías? ¿Dónde dormirías? ¿Cuál es tu plan alternativo (quedarte en el sótano de la casa de tus padres)? ¿Con qué poco puedes sobrevivir y puedes soportar ese tipo de estrés?
Prepárate para hacer muchas cosas que quizá no te gusten especialmente. Escribir. Hablar en público. Leer y comprender mucho material aburrido, como contratos. Completar montañas de papeleo hasta altas horas de la madrugada. Llevar la contabilidad. Rellenar formularios de impuestos. ¿Te parece divertido?
Y no piense que puede dejar el trabajo de vender su producto o servicio a otra persona. Usted es el primero que tiene que averiguar cómo venderlo. Si no puedes venderlo, nadie más podrá hacerlo.
Incluso cuando tu negocio empiece a dar beneficios, y por fin ganes lo suficiente para mantener a tu familia, tendrás nuevas preocupaciones que te quitarán el sueño. Como ésta: ¿podrás pagar a tus empleados lo suficiente para que también puedan mantener a sus familias? Es una gran responsabilidad, enorme.
Sí, tener un negocio es una aventura garantizada. Y no pienses que algún día podrás sentarte y relajarte. No lo harás. Será un viaje salvaje todo el tiempo. Pero anímate: Probablemente te convertirás en un mejor piloto con el tiempo.
¿Todo esto hace que quieras rendirte?
Si tu respuesta es no… bien. Eso significa que probablemente estás preparado para ser un empresario.
No hay nada mejor que perseguir tu pasión, no la de otros. No hay nada como ver cómo despega tu negocio e invitar a otros a unirse a ti en el trabajo duro. Si tienes una idea que no te deja dormir por la noche, puede que sea el momento de dar ese salto de fe y convertirla en algo real.
Adelante. Deja tu huella en el mundo que diga «yo estuve aquí». El mundo necesita más emprendedores como tú.