¿Podemos realmente confiar en la contabilidad para salvar nuestro negocio?
Como propietario de una pequeña empresa, es posible que seas muy bueno en el ataque, trayendo el dinero, pero terrible en la defensa, haciendo un seguimiento de él y utilizándolo como un activo para hacer crecer tu negocio. Comprendes intuitivamente que el efectivo en mano y la liquidez pueden ser súper importantes para tu pequeña empresa, pero puede que hayas estado demasiado ocupado trabajando en tu negocio para pensar mucho en ello.
¿Conoces tus números?
Si sólo sigues siendo bueno en el ataque, tu defensa puede decepcionarte y perder el partido… aunque parezca que lo tienes todo a tu favor.
La lección es que hay que prestar atención al capital circulante, porque incluso los poderosos pueden caer. La verdad es que ninguna empresa es demasiado grande para fracasar.
Piensa como un inversor
El capital circulante es el dinero del que dispone su empresa para mantener las luces encendidas, hacer funcionar las máquinas y poner a la gente a trabajar. Es el soporte de los costes de funcionamiento diarios. Al igual que un programa antivirus en el disco duro de su ordenador, se ejecuta discretamente en segundo plano, y probablemente el único momento en que le presta atención es cuando deja de funcionar y las cosas empiezan a ir mal.
Si se le acaba el capital circulante, tendrá que empaquetar los artículos de los cajones de su escritorio en una caja de cartón, volver a casa y pensar en un nuevo futuro.
¿Cree que un breve resumen puede ser útil para evitar contratiempos inesperados en su negocio?
La mejor manera de entender el valor de por qué debería estar muy interesado en el capital circulante es mirarlo desde el punto de vista de un inversor.
Si pensara en vender su empresa a un inversor, ¿cree que se conformaría con un paseo por su oficina, una breve conversación con sus felices empleados y el hecho de que cada cubículo parece haber obtenido su tecnología informática de la NASA?
No, a un inversor no le interesa la apariencia brillante y reluciente de tu empresa. (Los hermanos Lehman tenían uno de los edificios más impresionantes de Nueva York). Quieren echar un vistazo bajo el capó. Un inversor prefiere mirar tus libros que hacer una visita a la oficina. Quieren conocer su capital circulante y su liquidez. ¿Qué salud financiera tienen los activos a corto plazo de su empresa? Con qué facilidad se puede convertir todo en efectivo. ¿Cuánto sabe sobre la gestión de la liquidez?
Una fórmula de cuenta simple
El capital circulante puede entenderse con una sencilla fórmula contable:
Su activo corriente menos su pasivo corriente es igual a su capital circulante.
Si su activo corriente supera a su pasivo corriente, tendrá un capital circulante positivo. Si el pasivo corriente supera al activo corriente, el fondo de maniobra será negativo.
Esto es lo que buscará un inversor cuando examine su balance contable. ¿Tiene usted más existencias, cuentas por cobrar y efectivo disponible que líneas de crédito, préstamos bancarios, documentos por pagar, gastos acumulados y cuentas por pagar?
Si los números salen bien, significa dos cosas: que tienes un negocio sano y que funciona con eficiencia. Todas estas buenas noticias se reflejan a través de la lente de tu capital circulante positivo.
Otra importante fórmula contable
Otra forma de revisar sus libros sería mirar el ratio de capital circulante
Una vez más, el ratio de capital circulante puede entenderse con una simple fórmula contable:
Su activo corriente dividido por su pasivo corriente es igual a su ratio de capital circulante.
Si el ratio es igual o superior a 1,0, su empresa está en buena forma porque indica que tiene un capital circulante positivo. Sin embargo, si su ratio es inferior a 1,0, su empresa no está en forma porque indica que tiene un capital circulante negativo.
En este punto, se le puede perdonar que piense que cuanto más alto sea por encima de 1,0, más saludable será su negocio. En realidad, aunque un ratio alto de capital circulante indica que no se está coqueteando con la quiebra, si es demasiado alto, indica que se está gestionando el negocio de forma ineficiente porque el dinero no está generando dinero (es decir, no se está optimizando el exceso de capital). El ratio ideal variará de una empresa a otra y de un sector a otro, pero, en general, debería estar entre 1,2 y 2,0. Más allá de ese ratio, significa que no estás poniendo tu dinero a trabajar para hacer crecer tu negocio.
Ponerlo todo en común
Un ataque agresivo y una defensa sólida son geniales, pero sólo con ambos trabajando en conjunto se tiene un modelo de negocio ganador. Aunque probablemente prefieras dedicar la mayor parte de tu tiempo a hacer lo que mejor sabes hacer -marcas, marketing y ventas directas-, es importante que entiendas dos sencillos principios contables para aprovechar al máximo todo el dinero que estás ganando.