El poder de establecer una conexión emocional con los clientes
Conectar con los clientes es difícil… pero eso ya lo sabes, ¿no? El principal objetivo de una marca es conectar con su público objetivo, captar su atención y convencerles de que compren el producto o servicio….pero eso ya lo sabes, ¿no?
El problema es que muchas marcas piensan que los clientes basan sus decisiones en el pensamiento racional. No es absurdo pensar que la gente analiza el producto e investiga las características clave antes de comprar, sin embargo, la mayoría de las acciones de los clientes se rigen más por las emociones. Es bien sabido que las emociones afectan al comportamiento humano, sólo hay que ver el comportamiento de alguien que se ha levantado con el pie izquierdo, dando portazos y pisando fuerte para verlo en acción. Pero tal vez sea menos conocido el efecto que tienen nuestras emociones en nuestro comportamiento de compra.
¿Qué es una conexión emocional?
Una conexión emocional capta el corazón y la mente de las personas. Esto significa que una marca intentará hacer que su cliente sienta algo, ya sea felicidad, nostalgia o tristeza. De este modo, hacen que su cliente relacione la marca con ese sentimiento. Estas decisiones se toman en el subconsciente y, por tanto, el cliente no se da cuenta de por qué elige un producto concreto.
¿Por qué es importante?
Es branding 101, pero lo repasaremos de todos modos para que quede claro.
Entonces, ¿cómo hace su empresa para establecer una conexión emocional?
Lograr la conexión emocional es la parte difícil, y requiere una reflexión considerable. Para ello hay que entender realmente a su público objetivo. No se trata de un caso de hombre o mujer, o de viejo o joven, estos estereotipos ya no funcionan. Ahora una marca tiene que profundizar, tiene que averiguar los deseos de su público, sus esperanzas y sus sueños. Hay que tener en cuenta quién es realmente su cliente, qué le gusta hacer y dónde / cómo ha crecido. Con toda esta información puede empezar a formarse una imagen más completa de sus motivaciones y dirigirse a ellos en consecuencia.
A la hora de establecer una conexión, piense en algo más que en la publicidad y el embalaje. Piense en la impresión general que está dando, desde el tipo de lenguaje que utiliza en sus cuentas de redes sociales hasta el tono de voz cuando coge el teléfono. Respetar al cliente en todo momento y escuchar sus deseos y necesidades le convertirá en una marca de confianza a la que el cliente se sentirá más cómodo comprando.
Elegir qué emociones quieres que sientan tus clientes y qué mensajes quieres transmitir es clave para cualquier negocio. Hoy en día, la publicidad rodea a las personas y éstas empiezan a insensibilizarse ante ella. Por lo tanto, un producto o servicio debe destacarse del resto, lo que no significa necesariamente ser brillante, audaz y gritar sobre sí mismo, sino más bien ser diferente y formar una fuerte conexión entre el producto y el cliente.